Campeonato Getafe 2015


Este pasado sábado el Club de Pelotamano de Getafe, tuvo el detalle de volverme a invitar a participar de su Campeonato Anual de Pelotamano.

Un bonito frontón dentro de unas buenas instalaciones en la ciudad de Getafe, fue el escenario de una mañana llena de pelota, aficion, aplausos y trofeos.

Pero no solo eso. Después de los partidos, el club nos invitó a un merecido ágape para reponer las fuerzas y comentar las mejores jugadas.....


Este año no hubo suerte y no pude llevarme trofeo...pero disfruté como un enano jugando y viendo jugar a mis amigos y compañeros de pelota. Sobre todo en el partido de primera donde Alija, Ramón, Javi y Velazquez nos dieron un auntentico expectáculo de buena pelota.... gracias chavales...

Tras la entrega de premios, hubo un emotivo homenaje, con placa incuida, a nuestro amigo Lorenzo por su pasión, esfuerzo, entrega y buen juego de la pelota. Felicidades Lorenzo...Otro de los buenos detalles que tiene el Club de Getafe con los suyos.



























Otra Txapela para La Rioja - ¡ Aupa Untoria ! y ¡ Aupa Oinatz !



¡¡¡ Untoria, Untoria, vas a hacer historia!!! Es el grito de guerra de la familia najerina en Bilbao. El zaguero riojano, con la magnífica compañía de Bengoetxea VI se ha calado la chapela de campeón del Campeonato de Parejas de primera categoría. El najerino se ha hecho con el título sabiendo aprovechar sus oportunidades.



Empezó enganchado al campeonato de Promoción. Cambió de vías tras la lesión de Aretxabaleta y ha sido capaz de tirar como una máquina de gran caballaje hasta convertirse en campeón. Sucede el riojano al título logrado por Titín y Merino II y las voces de los técnicos apuntan a que el zaguero de Nájera ha llegado a la cima para quedarse.




Sobre él pesaban todas las miradas en la cancha en el momento en el que la pelota empezó a botar. Berasaluce II y Zubieta son dos toros a los que había que darles primero un pase largo antes de ponerles las banderillas. Tras un arranque eléctrico en el que nadie cedía en sus intenciones, el delantero de Leiza daba muestras de garra y ayudas al najerino.





Pero Untoria no estaba ahí como pieza decorativa y empezo a soltar con las dos manos hasta pasarse de frenada. Tal era su afán en buscar las losas altas y en evitar la presencia de Pablito que fue a enviar la pelota en un par de ocasiones a territorio prohibido.




Nada. No le pesó. El primero en animarle fue su compañero Oinatz, multiplicado en faceta atacante y defensora. Un partido de diez. Untoria no pudo elegir mejor día, mejor escenario, mejores rivales para dar brillo a su triunfo, y cómo no, mejor compañero. 






Bengoetxea VI atraviesa en estos momentos un estado de forma inmenso. Superlativo. Y pronto el de Leiza empezó a minar la resistencia de su par en la delantera. Zubieta sacaba su poder a relucir, pero sus manos sonaban huecas por el rascacielos de trapo. Untoria soltaba y dirigía hasta el punto de colocar tres pelotas en el milímetro justo para que no entre una mano.
 







El 7-22 final que quedó clavado en el luminoso del frontón fue producto de una estrategia muy bien urdida. Oinatz, serio, concienzudo y primoroso en el remate. Logró dos ganchos geniales a resto y se ensañó en otras fases cuando ya a Pablito le pesaba el orgullo herido. Dos pelotas mansas en el ancho que no pudo levantar fueron la parte visible del estropicio que se les avecinaba. En siete. Les hicieron un siete. También es cierto que el material tuvo un hueco en la final.






Acaso no había excesiva diferencia entre ambos dúos, pero si que la pelota de la pareja azul tenía menos tiro y el espacio se estrechó entre delanteros y zagueros. Pablito y Aitor buscaron ganar el tanto y darle un giro al partido. No hubo manera. No fueron capaces de moverse del siete. Uno a uno fueron cayendo los tantos de manera inexorable para alegría de unos, escozor de otros y la sensación general de que la final quedó diluida como la leche en el café.




Con el 22 llegó la inmensa alegría para la legión de riojanos que acompañó a Untoria hasta Bilbao. No le dejaron en paz hasta que el joven campeón no tuvo más remedio que entrar en la sala de prensa. Para entonces achuchones, abrazos y explosión de júbilo. Esta noche será larga para Untoria, amigos y familia. Que dure.


Fuente: LaRioja